Ayer fui a ver a Luis Eduardo Aute, a la Fundación Astengo. Conseguí asiento en la primera fila del paraíso, frente al escenario. A mi derecha se sentó una chica que fue sola, y a mi izquierda otra que también fue sola.
Aute cantó durante tres horas, de las 20.30 a las 23.30. Fue hermoso, primero cantó con un acompañamiento de dos guitarras (un hombre y una mujer, ella, además hacía el coro femenino) y un teclado.
Después cantó con la guitarra. Y la última canción Al Alba, a capella. Impresionante.
Es muy simpático con el público, es amoroso, siempre amoroso. Cantó durante tres horas porque dijo que como vivimos tiempos de crisis, iba a ser generoso en canciones. Y lo fue.